Archivo mensual: agosto 2013

Amigo

Nuestros cuerpos se encontraron

antes que nuestras mentes

y poco a poco nos alzamos

dibujando hazañas inolvidables

Plantamos juntos aquel árbol

en terrenos áridos y escarpados

y un tronco fuerte como el mármol

se alzó para arroparnos

Navegamos por aceras

en la más ebria lucidez

tu de dentro, yo de fuera

pero siempre juntos al amanecer

Contigo el tiempo se evapora

y la ceniza es reflexión

el asfalto se convierte en alfombra

y en lumbre nuestra conversación

Quiero seguir dudando contigo

y cuestionar nuestra existencia

porque se que a tu lado es vencido

todo rastro de dolor y angustia

Porque somos puntos suspensivos

y nubes en movimiento

somos diferentes estilos

en un mismo firmamento

Caminemos amigo, caminemos

que yo te sujeto el corazón

dame la mano y divaguemos

apretando los puños con valor

Simón Vidal Ferrandis


Recuerdos de un poeta reincidente

Recuerdo aquel poema

que escribía tu columna

sobre las cálidas curvas

de tu sombra ya desnuda

Recuerdo la humedad

que nos chivaban los cristales

condesados en una levedad

de gotas placenteras triviales

Recuerdo las batallas 

de las lenguas furtivas

y los labios que me arrastraban

a perderme en tu saliva

Me convertí en la vela

que se derretía en tu presencia

con la llama de tu estela

congelándome en tu ausencia

Y como un adicto

sigo esperando tu perfume

para que vuelvas a hacerme añicos

y mi dolor se esfume

Simón Vidal Ferrandis


El indio mudo

Llamadme loco

y señaladme con el dedo

llamadme incauto

y juzgadme en silencio

Porque hoy me quito los zapatos

y caminaré descalzo

hoy hundiré los dedos en el barro

y saltaré sobre los charcos

Hoy gritaré entre la multitud

entre este gentío de esclavos

hoy desafío a la rectitud

de esta sociedad de inadaptados

Me desnudaré frente a la lluvia 

y ralentizaré mi paso

observaré cada gota fría

que deslice en mi regazo

El rugir del viento

será mi melodía

y el más fiero escarmiento

tu más sincera envidia

¡Llamarme loco!

y señalarme con el dedo

llamarme incauto

y juzgarme en silencio

Porque hoy nadaré desnudo 

en el océano de tus miedos

y seré el indio mudo

que vivirá en tu recuerdo

Simón Vidal Ferrandis


Merece la pena

Todos somos restos de un recuerdo

una gota en algún llanto

un fragmento de un olvido

un grito en un rechazo

Todos hemos roto silencios

y ardido en feroces llamas

alguna vez fuimos el hielo

que dolía y quemaba

Todos hemos sido

sangre, saliva y hollín

y nos hemos retorcido

en alguna cicatriz

Nos hemos quedado sin argumentos

ante las cuestiones de la vida

nos hemos perdido en el laberinto

de las palabras prohibidas

Y con la excusa del destino

nos perdimos para encontrarnos

buscando lo definitivo

en este mágico tornado

Y como almas errantes

seguimos aprendiendo

quemando el almanaque

con las bengalas del misterio

Simón Vidal Ferrandis


Lacra de ciudad

Somos una estaca en el pecho

Una bala en el corazón

Un hijo perdido

Un cadáver en un cajón

No tenemos cuidado

Sin conciencia de pasado

Somos una mancha de aceite

Unos bosques arrasados

Una monarquía indecente

Y la policía dando palos

Una guerra sucia

Con miles de muertos en su lista

Nos rodean conveniencias

Y nunca sabes

Quien llegará a la presidencia

Unos pobres, otros ricos

Pero siempre es lo mismo

Aquí no cambia nada

Lo sabes tú y lo sabe la manada

Arto de tanta maldad

Mentiras y desigualdad

Aquí me encuentro, buscando una alternativa

A esta gris ciudad

Simón Vidal Ferrandis


Tal vez

Puede que al anochecer

encuentre la cama a medio hacer

y puede que tal vez

encuentre algún rastro de tu piel

Puede que al amanecer 

cierre las ventanas con tu corsé

resbale por tu espalda, sin querer

y haga régimen con tu miel

Prepare el desayuno con tus besos

y unte las tostadas sobre la almohada

tu cabello escribirá mis versos

haciendo zancadillas a la mañana

Huyendo de lo cotidiano

convirtiendo la pecera en océano

inventando el reloj de lo instantáneo

construyendo una escalera sin peldaños

Y puede que al atardecer

se me desgarre una sonrisa, sin querer

y puede que tal vez

sufra la resaca del placer

Porque seré rehén de tu recuerdo

una victima de mi memoria

me convertiré en prisionero

de la retina de mis cortinas

Simón Vidal Ferrandis